¿Qué nos proporciona la esgrima? ¿Por qué es bueno practicarla?
Marta Cortés, osteópata, nos lo muestra:

«Al elegir la esgrima como disciplina, estás escogiendo un deporte muy completo a nivel físico e intelectual, que enseña valores fundamentales a los pequeños, además de ayudar en el desarrollo de su personalidad:
-Ayuda en el desarrollo psicomotor de los niños.

– Mejora la capacidad de razonar y tomar decisiones rápidas.

– Desarrolla el intelecto.

– Enseña a controlar las emociones y los impulsos.

– Enseña a respetar al adversario en el juego y a los demás fuera de él.

– Fomenta el desarrollo de la educación hacia el maestro y sus compañeros, un valor que luego podrá poner de manifiesto en su vida diaria.

– Potencia la velocidad, equilibrio y coordinación.

– Agiliza los reflejos y la capacidad de reacción del niño.

– Desarrolla la capacidad de resistencia.

– Crea en el niño un sentimiento de afán de superación al querer ser cada vez mejor y aprende a asumir las derrotas.

-El tirador es más consciente cada vez, de la sensibilidad que le otorga el arma, y es capaz de dar tocados más sutiles, sólo sintiendo con las yemas de los dedos, por lo que en este plano, debería dejar de verse como un deporte agresivo.

En el aspecto físico, podemos decir que por su naturaleza contribuye a desarrollar todos los puntos musculares, al adoptar las diversas posturas que demanda.

Por ejemplo, la Guardia, que exige a la columna vertebral estar perfectamente recta, provocando la actuación de los músculos del cuello, la tensión en las cadenas musculares anteriores y posteriores, la tensión en toda la musculatura a nivel de piernas, que favorece el flujo sanguíneo y la potenciación de los músculos, que protegerán las articulaciones, por ejemplo los músculos adyacentes a la rodilla, que trabajarán para quitarle esfuerzos extras a ésta, alargando la vida de la articulación, y evitando problemas de descalcificaciones, roturas, desgastes, etc que se producen con la edad en esta articulación en particular y en las demás en general.

La esgrima potencia todo el cuerpo, es como si se practicase la natación, moviendo todas las cadenas musculares, que efectuadas de manera correcta, previenen lordosis y escoliosis, corrigen la postura, movilizan la cintura escapular, dándole movilidad a los hombros, que tantas lesiones sufren con el paso del tiempo.

Los frutos de su constancia se verán reflejados en el aumento de la energía y la elasticidad del tirador.

Además a nivel visceral, pone en marcha todo el mecanismo intestinal, potencia los movimientos a este nivel; en cuanto a los pulmones, al estar forzándolos a captar aire, descendemos el diafragma al terminar el ejercicio, con lo que damos mayor volumen a la respiración, y oxigenamos el organismo de forma sana y natural.

La esgrima nos ayuda por dentro y por fuera, también como hemos indicado antes, a nivel intelectual, la esgrima exige una participación directa del cerebro, que debe realizar estudios mentales entre el pensamiento y la acción.

El tirador de esgrima debe adelantarse a las maniobras de su adversario, deduciendo intelectualmente, la estrategia de éste, lo que potencia la inteligencia y actúa directamente en la coordinación, los reflejos, y educa a nuestro cuerpo a saber esperar el momento propicio para atacar o defenderse, ya que una milésima de segundo de retraso o adelanto, provoca una reacción en nuestro contrincante, bien para defenderse él mismo, bien para aprovechar nuestro error y provocar nuestra derrota.»

Marta Cortés. Osteópata visceral y sacrocraneal.